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FÁBULA DE LOS TALADORES


Se cuenta que en una lejana serranía, hubo un concurso para ver quien talaba más árboles, muchos candidatos se presentaron a ese concurso, era tan importante para ellos que estaban todos ellos muy emocionados, habían esperado muchos días para ese gran día.
El concurso inicio con un fuerte disparo de una escopeta haciendo producir un eco en los cerros que rodaban aquel lugar, los concursantes se lanzaron con todas sus fuerzas todos con una sola meta que les gritaba en su corazón, de ganar el concurso.
Los minutos pasaban produciendo agotamiento y derrota en muchos participantes, pues era una ardua tarea, todo aquel pueblo se había reunido para ver ese gran espectáculo.
Al finalizar la hazaña se contó los árboles y se tubo solo dos finalistas era un joven alto y fornido y un hombre ya de una edad avanzada, la emoción nuevamente se apodero del público para ver quien iba a ser el gran vencedor, muchos del publico al observar la diferencia de los participantes sacaron sus conclusiones del final de la competencia, nuevamente se escuchó el fuerte disparo de la escopeta y los dos finalista se lanzaron como leones a sus presas con sus hachas en la mano a la ardua tarea.
El joven con todas sus fuerzas empezó a talar los árboles sin descansar un solo momento, al cabo de una hora ve que la persona de edad avanzada va y se sienta tras de un árbol, el joven sorprendido ve esa escena al pensar que a ese hombre le faltaban las fuerzas para seguir pero el señor nuevamente regresaba a la competencias y seguía talando tranquilamente.
Pasaba una hora más y hacia lo mismo, el joven incrédulo de que iba a ganar el hombre de edad avanzada se alegró ya que estaba seguro de que él era el ganador, la competencia llego a su fin, el público esperaba los resultados ya obvios para muchos al ver el esfuerzo del joven y la tranquilidad con que llevo el concurso el hombre de edad avanzada.
Se contaron los arboles de cada uno de ellos y se dio el resultado final, para sorpresa de muchos el hombre de edad avanzada era el ganador, el joven no lo podía creer y pidió que contaran de nuevo .Pero los resultados fueron los mismos, el joven acepto su derrota y fue hablar con el hombre y le dijo:
Como me puede ganar usted si a cada momento se iba y se sentaba a descansar y regresaba tranquilamente, mientras que yo talaba con todas mis fuerzas sin descansar un solo momento en toda la competencia. El hombre lo miro y le dijo sabiamente: cada vez que me veías sentarme tras de un árbol no me iba a descansar sino me sentaba a afilar mi hacha.
“La vida está en constante cambio, debemos parar de vez en cuando para capacitarnos y llenarnos de nuevos conocimientos y regresar con el hacha afila al campo de juego”.
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